El efecto leopardo de las nieves

Está bien, supongamos que no existieran las redes sociales. Facebook nunca se creó, Instagram y Youtube, son sólo una idea en los libros de ficción y jamás tuvimos la oportunidad de desarrollar la tecnología para crearlas.

Un día, en la mañana te levantas, pones el café y justo cuando das el primer sorbo, te encuentras frente a una situación de riesgo inminente:

Quizá un carro iba a atropellar a un anciano, una señora es atacada por una jauría de perros del vecindario o el niño de la señora de al lado, se asoma de manera peligrosa a la ventana, mientras ella barre el frente de su casa. Actuamos y salvamos el día o a alguien de una tragedia.

Luego, te das cuenta de que sigues en la mesa de la cocina, con pantuflas y no has salido de la casa, en días.

Este es precisamente el estado de las cosas, en la Versión de The Secret Life of Walter Mitty o La increíble vida de Walter Mitty de 2013. Con Ben Stiller en la dirección y protagonista. Creo que es una película para ver al menos 3 veces en la vida.

Primero, porque en la primera puedes sentir los cambios emocionales cercanos del personaje, en la segunda, quizá puedas ahondar, en la historia del maravilloso personaje que hace Sean Penn y en la tercera querrás verla, para reunir las frases, que aparecen a lo largo de toda la película, su poética es impresionante, sencilla. La música, te deja sin asidero, para pensarla de otra manera. Los escenarios, son sumamente imponentes. La fotografía es quizá una de las mejores partes técnicas de este film. Pero sobre todo, la armonía de todos los elementos logra entregarnos una pieza emotivamente segura. La super recomiendo.

Una de las escenas que se ha vuelto famosa en redes sociales, es la del buscado encuentro entre Walter y Sean, que aquí sólo cambia su apellido por O’Conell. Un fotógrado que trabaja para la reconocida Revista Life, quien logra una interpretación, para mí, magistral. Sean es sin duda un fenómeno aquí. Su mirada, refleja lejanía e intimidad al tiempo que le enseña una de las mejores oportunidades a Walter para que entienda su camino. La película es una poesía al espíritu humano.

Esta escena es la que da título a mi entrada hoy, vas a tener que verla antes (la película), pero si ya lo hiciste, entonces coincidirás conmigo en que la búsqueda del tesoro, era realmente la oportunidad de conocerse a sí mismo en esas situaciones extrañas. Para una persona que trabaja de 8 a 6 en la parte baja de un edificio, en el archivo de negativos de una revista que está a punto de cerrar su edición impresa y convertirse en un magazín digital, cada miedo conquistado es una hazaña. Todos tenemos propios. Para Walter, el cierre de su fuente de trabajo, significó la revelación de su parte asombrosa.

SIN REDES SOCIALES

Ahora y aunque en la versión de 2013, porque hay dos, toman parte las redes sociales y la creada para la película, es muy tipo Facebook. Existe una deuda conmigo mismo: ver la versión de 1947. Imaginar el contexto de la historia, con los elementos de la época, es sin duda, por lo menos interesante. Queda por demás justificado, decir que, aunque a día de hoy, es casi imposible imaginar nuestras vidas sin el momento tecnológico actual, sería un ejercicio interesante, saber que nadie más sabe o le da me gusta, comparte o hace viral, un video, una foto nuestra. El hecho de conservar ciertos momentos, solo para nosotros mismos, espacio-tiempos de autoapreciación o de contemplación de la belleza ajena solo y a través de la experiencia sensitiva directa, sin elemento  alguno, como intermediario tecnológico y sin que quede registro alguno más que el que guardamos en nuestra memoria, tal y como se queda.

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Lee aquí, mi momento personal “Leopardo de las nieves”, con un leopardo real en el parque Yala en medio de un safari, en Sri Lanka. Al sur este de Asia.

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